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El pie valgo es una patología congénita en la cual los talones del niño se tornan hacia afuera y las puntas de los pies hacia adentro. En esta condición el retropié es el más afectado ya que se encuentra en posición de eversión. Este puede asociarse con otras alteraciones, ocasionando el pie talo valgo, pie plano valgo y el pie equino valgo.
Puede afectar a niños y bebés que durante el embarazo tenían posiciones inadecuadas, también a aquellos que nacieron en posición podálica, y en situaciones en las que el útero se encontraba muy reducido.
Ahora bien, esas son causas que se analizan durante la infancia, pero en los adultos puede ser causado por alteraciones en músculos y ligamentos, que al estar afectados no cumplen su función de sostener el pie en su posición fisiológica.
Otro factor a tener en cuenta en esta deformidad de pie, es que se recomienda la realización de ejercicios terapéuticos, con el fin único de evitar otras deformidades y alteraciones del pie. Esas patologías que pueden aparecer en conjunto el pie valgo, incluyen juanetes, dolor en la zona metatarsiana, Fascitis plantar y desviación de los dedos.
Cuando aparecen esas patologías asociadas, generalmente son visibles y ocasionan síntomas, que deben ser tratados a través de plantillas y otros ejercicios.
El pie valgo, a menudo no es fácil de detectar, en otros casos su detección es muy visual e intuitiva, por este motivo debe ser diagnosticado por un especialista con experiencia, aun así queremos detallaros algunos de los síntomas más importantes que os ayudarán a reconocerlo con mayor facilidad.
Si observamos estas señales, recomendamos acudir al especialista lo antes posible, donde se estudiará cada caso de forma personalizada realizando una exploración física completa que nos ofrecerá datos concretos sobre el estado actual de ambos pies, caderas y aparato locomotor. Realizando un diagnóstico preciso se pautará el tratamiento más adecuado para nuestro hijo/a.
El pie tipo valgo puede ocasionar aparte de la eversión del talón, alteraciones musculares y cambios en el tono muscular. Así mismo, al ser observados desde la parte posterior, puede detallarse una leve curvatura, que se incrementa a la altura tobillo, y que se desvía de su eje natural.
Este padecimientos, si no se trata puede generar con el paso del tiempo deformidades tales como juanetes o dedos en forma de garra porque ejerce una carga descompensada en el pie, también ocasiona una pérdida de amortiguación al caminar, es frecuente además de lo anteriormente mencionado, que sufran asiduamente fatiga al caminar y correr con la sensación de pies “siempre cansados”, si el niño practica también algún deporte, es frecuente que padezcan dolores tales como molestias en los talones, las rodillas y las espinillas.
El pie valgo se puede diagnosticar de un modo precoz desde los 3 años de edad y podrá solucionarse por completo con la utilización y seguimiento de un tratamiento adecuado pautado por su médico especialista
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